Artniversario

Tanto en el mundo del arte como en el automóvil, cuando una obra o un coche identifican a su creador o su marca en la primera décima de segundo en que se observa, es que se ha conseguido algo único. Ese «algo» es un estilo, una forma de hacer las cosas que nadie más ha sido capaz de plasmar de la misma manera y que marca la diferencia con otros artistas o, en el caso de un automóvil, con otros competidores. Si, además, combinamos dos espíritus únicos como el artístico de Okuda San Miguel y el de la marca de deportivos por excelencia, el resultado es un auténtico acelerón de sensaciones.

Desde sus comienzos en el arte urbano, Okuda San Miguel ha dado forma a una identidad única en todas sus creaciones, un estilo que ha sido definido como surrealismo pop. Con su peculiar tratamiento del color a base de formas geométricas planas, consigue crear volúmenes e imágenes tridimensionales que son un verdadero impacto visual. Su obra ha adquirido una dimensión internacional que hace que sus pinturas, intervenciones, murales de colosales dimensiones, esculturas, NFT y obras digitales se puedan encontrar en más de 80 ciudades de todo el mundo, desde Taiwán a Estados Unidos y desde Rusia a Marruecos. Y no hace falta mirar la firma para identificar que se trata de un Okuda San Miguel.

El 928 Okuda San Miguel viajará por todo el mundo

Con un Porsche ocurre lo mismo que con los más prestigiosos artistas. Da igual que sea un 356 de hace 75 años o un avanzado Taycan. Tan solo con ver su inconfundible silueta sabemos que estamos ante un Porsche, aunque no llevara logos. Y ya que estamos en el universo artístico de Okuda San Miguel, pocas marcas pueden presumir de haber jugado con el color a lo largo de su historia como lo ha hecho Porsche. Algunas de las tonalidades Porsche de hace varias décadas ya son míticas hasta el punto de que sus nombres son recordados, como el Miami Blue, el Signal Yellow o el Viper Green. Cualquier cliente puede conseguir el color que desee para su Porsche, ya sea uno del pasado o una tonalidad que todavía no se ha creado, gracias a los programas Paint to Sample y Paint to Sample Plus. 

Arte de verdad

A diferencia de muchos art-car creados por infinidad de artistas en todo el mundo a base de vinilos realizados por ordenador que luego se aplican a la carrocería, Okuda San Miguel ha llevado a cabo su trabajo sobre el 928 como lo hubiera hecho con cualquiera de sus obras, en este caso dentro de su estudio madrileño. Muchas horas de preparación, ingentes cantidades de cinta de enmascarar y spray y un trabajo minucioso y laborioso para dar vida a cada pieza de color que, en conjunto, componen el hipnótico universo de sus creaciones.

El interior también se desmontó pieza a pieza y cada una de ellas se volvió a tapizar, pintar o tratar con los códigos artísticos del creador cántabro con un resultado impactante. Sentarse al volante de este 928 es entrar, literalmente, en el universo Okuda San Miguel. Una verdadera sensación inmersiva que en pocas creaciones artísticas se puede conseguir como lo ha hecho este especial 928.