Lap Time: 2:06,499 min.

El Porsche 919 Hybrid es un ganador nato. Al equipo formado por Timo Bernhard, Brendon Hartley y Mark Webber le basta hoy una quinta posición en la carrera de 6 horas para conseguir el título de pilotos. Pero, a la media hora, Bernhard comunica por radio: «¡No power!». No llega gas hasta la cámara de combustión. El alemán consigue entrar en boxes gracias al motor eléctrico y los mecánicos hunden los brazos en el motor aún caliente. La palanca derecha del tambor de estrangulamiento está rota. Solución de emergencia: bloquear el tambor en posición de plena potencia con las mordazas de unos alicates y sujetarlo con bridas. Tras 8 minutos y 43 segundos interminables en boxes, Bernhard vuelve a la carrera. ¿Aguantará el apaño? Frente a los monitores de datos, los ingenieros tratan de inventar soluciones electrónicas para situaciones con velocidad limitada, como el paso por el carril de boxes o las salidas del safety car. Además, hay que controlar el consumo de gasolina, estrictamente regulado. El 919 ha subido hasta la quinta posición. Le toca el turno a Webber.

Última hora de la cerrada noche del desierto. Malas noticias: también la palanca izquierda del tambor de estrangulamiento se ha roto. Los alicates y las bridas están preparados y la reparación es más rápida. Webber puede arrancar en modo eléctrico, pero para poder competir con dos tambores de estrangulamiento abiertos al máximo los expertos tienen que reprogramar el motor de cuatro cilindros. A todo gas permanentemente, el coche es difícil de dominar. Ahora, las revoluciones solo se pueden regular mediante la inyección electrónica. El controlador no sabe qué hacer y apaga constantemente el motor de combustión. Encender el motor en la pista es cada vez un drama. ¿Qué hacer con la última parada de repostaje? Webber recibe instrucciones: posiciones del cambio, activaciones de programa, tiene que llegar a boxes con la batería llena, apagar el motor de combustión interna, mantener el embrague pisado al repostar y levantarlo suavemente en la pista. A pesar de las sacudidas, la táctica da resultado. Webber llega a la meta en quinta posición. ¡Campeones del mundo! El equipo descarga la tensión con gritos de júbilo. Si no fuera por la potencia del motor eléctrico, alimentado por la energía de los frenos y el escape, habrían perdido el campeonato. Webber ha necesitado 2:06,499 minutos en su última vuelta. A modo de comparación: el coche ganador, el segundo 919 con Romain Dumas, Neel Jani y Marc Lieb, ha realizado la vuelta más rápida en 1:41,893 minutos.