Sin igual

En la Major League Baseball (MLB) estadounidense no se ve un jugador como Shohei Ohtani desde hace casi 100 años. Gracias a sus habilidades únicas, el japonés se ha convertido en una superestrella. Christophorus se reúne con él en su ciudad adoptiva, Los Ángeles.

   

Hay una historia de Shohei Ohtani muy reveladora sobre él y sus pasiones. Cuando a finales de 2023 quedó claro que abandonaría su equipo, Los Angeles Angels, muchos esperaban que el japonés se convirtiera en la siguiente estrella de su club. En efecto, Ohtani causó furor desde su llegada en 2018.

Sus camisetas son auténticos superventas y su dorsal 17, que marca su identidad desde que era joven, un símbolo de culto en toda regla. 

Ashley Kelly, la mujer de Joe, actual compañero de Ohtani en Los Angeles Dodgers, lo intentó todo. Con el hashtag #Ohtake17 publicó vídeos donde presentaba camisetas y artículos de merchandising con el número 17 en todas las tallas. El mensaje era claro: su marido, actual titular del popular dorsal, se lo cedería todo a Ohtani si fichara por los Dodgers.

La campaña fue un éxito y Ohtani firmó, adoptó el dorsal 17 y le dio las gracias a Ashley Kelly de una forma muy especial, regalándole nada menos que un Porsche Taycan. El 24 de diciembre de 2023, Ashley Kelly publicó un vídeo recibiendo el nuevo coche deportivo donde se la veía exultante por el inesperado regalo de Navidad.

Una estrella del deporte y un deportivo:

Una estrella del deporte y un deportivo:

el nuevo Taycan le viene como anillo al dedo a Shohei Ohtani, ya que tienen algunas cosas en común. Al igual que el deportivo eléctrico, Ohtani marca nuevos hitos en su disciplina, se inspira en las tradiciones y las traslada al mundo moderno.

Un jugador, dos puestos

«Cuando pienso en coches solo pienso en Porsche», afirma unos meses después el deportista de 30 años con una sonrisa amable. Nos reunimos con él en una cancha de béisbol en Los Ángeles cerca del Dodger Stadium, donde hoy puede ver por primera vez el nuevo Taycan Turbo S. «El coche es muy cómodo de conducir, realmente silencioso y muestra sus prestaciones en cualquier carretera», comenta Ohtani tras las primeras impresiones. «Los coches deportivos de Porsche son mucho más que un mero medio de transporte. Ofrecen vivencias que son un auténtico disfrute, y creo que eso encaja bien conmigo».

Los Ángeles es su hogar desde hace seis años. Aquí se ha convertido en un deportista top, ha batido récords y disfruta ya de una condición de culto. El secreto radica en su juego, ya que Ohtani es el único two-way player, es decir, alguien capaz de cubrir dos puestos a la vez. Por un lado, juega de bateador o hitter intentando golpear la bola con el bate lo más lejos posible y conseguir así puntos para su equipo. Por otra parte, también es lanzador o pitcher, cuyo objetivo es hacer lanzamientos especialmente firmes o «liftados» para impedir que los bateadores contrarios golpeen bien la bola. Las bolas que lanza Ohtani alcanzan velocidades de más de 150 km/h, mientras que sus bateos llevan la bola a más de 150 metros. Un hombre, dos puestos centrales: algo así como si el mejor jugador de un equipo de fútbol jugara la primera parte de delantero y la segunda parte de portero, en ambos casos al máximo nivel mundial.

Esta capacidad de Ohtani lo convierte en un jugador absolutamente excepcional, ya que en la MLB es prácticamente imposible ver un two-way player. Nadie ha sido capaz de jugar simultáneamente en ambos puestos desde hace casi 100 años. Fue el estadounidense Babe Ruth, entre 1914 y 1935, el último que encandiló a los americanos como hitter y pitcher. Toda una leyenda, consiguió 714 home runs y fue uno de los primeros jugadores en entrar en el Baseball Hall of Fame tras ganar siete títulos de la serie mundial y ser incluido doce veces en el equipo del All-Star. Por tanto, el listón estaba muy alto para Shohei Ohtani cuando dio el salto a la liga de béisbol más popular del mundo.

Un jugador, dos puestos:

como two-way player, Ohtani juega de pitcher (izq.) y de hitter (dcha.). Aquí luce la camiseta de la selección nacional japonesa en el World Baseball Classic.

De provincias a Hollywood

Ohtani creció en Ōshū, en la prefectura de Iwate al norte de Japón. Pronto alumbró el deseo de convertirse algún día en jugador de béisbol profesional. «Veía a los jugadores por la televisión y soñaba ser como ellos», recuerda la superestrella. «Siempre esperaba con ansia el fin de semana para poder jugar». Es cierto que los mejores del mundo juegan en Estados Unidos, pero no hay que olvidar que Japón tiene la segunda mejor liga, y las estrellas locales suelen empezar allí su carrera antes de pasar a la MLB.

Ohtani proviene de una familia de deportistas. Su madre jugaba al bádminton, mientras que su padre fue jugador de béisbol semiprofesional e inculcó su entusiasmo a su hijo. Para el padre, que trabajaba en una fábrica, era fundamental que Shohei no perdiera la humildad, sino que se concentrara en trabajar duro y no meramente en buscar la fama. En cualquier caso, el joven Ohtani tenía las miras muy altas. «Mi sueño era mi motivación», explica. «Todo lo demás era secundario para mí». A los 18 años se propuso iniciar su carrera profesional en EE. UU., y ya en 2012 pujaron por sus servicios varios equipos de la Major League. Sin embargo, los Hokkaidō Nippon Ham Fighters le prometieron algo que ningún equipo de EE. UU. aceptaría, y Ohtani cambió de opinión. El trato consistía en que, si fichaba por ellos, le dejarían desarrollar plenamente sus capacidades como two-way player, algo que era una novedad absoluta en la liga japonesa, y no solo como rookie. El experimento fue un éxito rotundo. En 2016, Ohtani fue elegido jugador más valioso (MVP) y se proclamó campeón con los Fighters, en lo que fue el tercer título nacional para el club después de los conseguidos en 1962 y 2006. Por fin, tras cinco temporadas, llegó el momento de dar el salto a la MLB.

Prueba de conducción:

Prueba de conducción:

Ohtani descubre en Los Ángeles el nuevo Taycan, cuyo estreno mundial se produjo en febrero.

El camino hacia el estrellato

A los 23 años, el hoy codiciado jugador tuvo ocasión de buscarse un nuevo club. Ohtani optó por Los Angeles Angels, con los que quería asentarse como two-way player en la Major League Baseball. El recién llegado se integró rápido en la plantilla y destacó por su talante amable, humilde y divertido.

Sin embargo, los inicios de su aventura en el mayor escenario del béisbol mundial resultaron accidentados. Aunque la confianza de los Angels en él era total, Ohtani se tuvo que acostumbrar a un estilo de juego diferente. La pelota que se usa en Japón es más pequeña y tiene una textura distinta. Por su parte, los bateadores en EE. UU. son en general más altos y tienen un swing más potente. Como hitter, Ohtani tuvo que hacer frente a lanzadores que ponían bolas más duras y más precisas, pero fue mejorando partido a partido, demostró su talento y obtuvo al final de la temporada el galardón como «Rookie of the Year» o mejor novato del año.
Entonces el ascenso de la estrella fugaz se vio truncado por las lesiones y llegaron dos años de pausa obligada. Los escépticos lo tildaron de «flor de un día», pero él nunca perdió la confianza en sí mismo. «Ya en Japón había mucha gente que dudaba de mí», recuerda Ohtani. «Pero aprendí a sobrellevar la presión».

Entonces, al volver a la cancha tras superar las lesiones, demostró todo lo que llevaba dentro. Ohtani no volvió a lesionarse, se asentó como two-way player y al final de la temporada fue elegido MVP también en EE. UU., el primer jugador japonés en obtener el galardón por unanimidad. Más tarde, cuando volvió a ganar el premio en 2023 por unanimidad, se convirtió en el primer jugador en la historia de la liga en conseguirlo en más de una ocasión. Ese mismo año, ya convertido en una superestrella absoluta, Ohtani lideró a su selección nacional hacia la conquista del título del World Baseball Classic, una competición para profesionales del béisbol similar a los Juegos Olímpicos. La final contra el vigente campeón, EE. UU., fue digna de un guionista de suspense: en el último lanzamiento contra su compañero de equipo en los Angels, el capitán estadounidense Mike Trout, Ohtani sentenció el encuentro con una bola sutil. Resultado final, 3-2 para Japón. Era el tercer título mundial después de 2006 y 2009. Al final del partido, Ohtani confesó: «Es el mejor momento de mi vida».

Garantía de éxito:

Garantía de éxito:

para escenas como esta, Los Angeles Dodgers le ofrecieron a Ohtani un contrato récord, ya que el japonés está considerado como garantía de un futuro muy prometedor.
Símbolo de culto:

Símbolo de culto:

desde sus tiempos en la Hanamaki Higashi High School, el número 17 es la seña de identidad de Ohtani. En la MLB ha jugado con este dorsal más de 750 partidos para Los Angeles Angels (2017-2023) y Los Angeles Dodgers (desde 2024).
Entusiasmo en estado puro:

Entusiasmo en estado puro:

tras el primer home run de Ohtani para su nuevo club, los fans ovacionan a su nueva incorporación en el Dodger Stadium.
«Veía a los jugadores por televisión y soñaba ser como ellos.» Shohei Ohtani

Récord histórico

A finales de 2023, Ohtani se vio de nuevo ante un cambio de club, y la puja por el japonés no se hizo esperar. Su valor para una «franquicia» —así se denominan los clubes en EE. UU.— va mucho más allá de su rendimiento en la cancha, donde ya de por sí resuelve el trabajo de dos jugadores. Cuando jugaba con los Angels, el estadio estaba lleno de publicidad de empresas japonesas que intentaban llegar a los millones de fans del país natal de Ohtani congregados ante el televisor. Miles de personas con el número 17 en la camiseta acudían en masa al estadio partido tras partido. Algunos de ellos ni siquiera sabían nada de béisbol, pero aun así adoraban a Ohtani. Según las estimaciones del sector, los contratos con los patrocinadores y las ventas de entradas les supusieron a los Angels unos ingresos adicionales anuales de unos 20 millones de dólares.

Ohtani es garantía de futuro para cualquier club. También Los Angeles Dodgers supieron verlo y le ofrecieron al fin un contrato de diez años por 700 millones de dólares, hasta la fecha el contrato más cuantioso de la historia del deporte. Esta oferta fuera de serie y la eficaz colaboración de Ashley Kelly hicieron que Ohtani juegue desde abril de 2024 para los Dodgers bateando, lanzando... y ganando.

«Quiero ganar títulos», afirma Shohei Ohtani. «Y, el día de mañana, cuando la gente recuerde los títulos que han ganado mis equipos, quiero que sepan que yo tuve mucho que ver en ello». El japonés está en la mejor disposición para hacer realidad estos sueños. Su rendimiento ya le ha valido un prometedor apodo entre los fans y la prensa, puesto que se le conoce como «el Babe Ruth japonés».

Jeff Fletcher
Jeff Fletcher
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Datos de consumo

Taycan Turbo S (2024)

WLTP*
  • 20.5 – 17.9 kWh/100 km
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Taycan Turbo S (2024)

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