Como la vida misma

Leí por ahí que tienes una certificación en Biodescodificación Emocional, ¿qué quiere decir eso? A ver, explícame.

La muerte de mi papá en el 2016 detonó la necesidad de entenderlo. Una mamá compañera del colegio de mi hija me recomendó estudiarlo. Lo hice con Denisse Cañedo. Ella me dio el mejor consejo para Soy Corredora: «te va a servir mucho para entender a tu comunidad y les vas a aconsejar mejor porque les darás las respuestas que buscan al correr». Tener esta certificación también me ha servido para entender mis emociones y cómo impactan en la evolución de mi negocio y la vida misma.

¿De dónde salió la idea de poner a correr a las mujeres mexicanas?

Un día fui a una media maratón en Bogotá, me llevó Adidas. Entonces era la directora de la revista americana Runner’s World, editada en México por Motorpress Televisa. Las mujeres como yo queríamos contar cómo nos había ido y no teníamos una plataforma para conectar. Así que decidí lanzarla. Estoy convencida de que, si quieres algo y no existe, es tu obligación crearlo. En 2012 ya había mujeres corriendo, pero no como ahora, así que registré mi marca y constituí una empresa. A partir de ahí no he parado. Soy Corredora es pionera y ha sido reconocida como una de las plataformas digitales y modelo de negocios más exitosos en el ecosistema del deporte popular.

¿A cuánta gente has puesto a correr?

No sé, a mucha, miles de personas, no llevo la cuenta, pero quédate con el dato de redes sociales, 280 000 seguidores en Facebook, 145 000 en Instagram, además del website y el podcast. Al mes impactamos a más de cinco millones de corredoras. El 98 % de nuestras audiencias son mujeres. El impacto no lo mido solo con eso, sino con las vidas que hemos tocado, con los premios que me han dado, con las personas que deciden comprar la marca y con quienes eligen participar en nuestros eventos. 

Está enfocada en apoyar a 12 atletas destacadas para que logren sus metas deportivas. Además, lo conectamos con experiencias que motiven a más mujeres a hacer deporte. El poder está disponible para las mujeres, hay que tomarlo y ayudarnos entre nosotras.

Seguro que te acuerdas de los parteaguas de tu carrera profesional, ¿me los cuentas?

Lo primero que me viene a la mente es el momento en que decidí emprender. Ahí me di cuenta de que uno no crea negocios, uno crea obras mágicas que son una extensión de nuestra alma. No he vuelto a pensar en ser empleada desde entonces y creo que no volveré a serlo. Tuve que aprender muchas cosas que no sabía: finanzas, impuestos, temas legales… Mi marca está registrada en varios países. Para mi ser emprendedora es ser libre y al hacerlo con pasión, aunque a veces trabajes más, el flujo financiero llega solo. Tuve que hacer un gran proceso de transformación personal para ser empresaria y tengo un grupo de coaches de vida que me guía para tomar las mejores decisiones. Otro fue cuando me ofrecieron participar en la primera edición de Shark Tank México. Me propuso una amiga que trabajaba en la producción. Sin embargo no acepté. Tengo la fortuna de tener amigos que son grandes empresarios que me recomendaron no hacerlo, porque, según yo, ningún inversionista entendería la razón que me mueve para hacer Soy Corredora. El año pasado me invitaron a ver el primer capítulo junto a los tiburones y sentí muy bonito que esta vez yo era parte de las empresarias que podían apoyar a otros. Hoy formo parte del Consejo de la Asociación de Mujeres Jefas de Empresa de la Ciudad de México. En Soy Corredora trabajamos 10 personas más agencias y externos que nos dan soporte.

En tu cabecita ¿qué es lo siguiente?

Tienes que tener un objetivo final muy claro y, a partir de ahí, hacer todo el plan para llegar. Es como una carrera. Lo más importante es buscar el cómo lograr las cosas. A veces no salen a la primera, pero no debes desviarte del objetivo aunque haya baches en el camino. La flexibilidad y la capacidad de adaptación a los cambios es muy importante… Improvisar, solucionar es como ir desbloqueando niveles. Yo me inventé este trabajo para estar cerca de mis hijas. Lo veo como un juego donde yo me he puesto mis propias reglas. Me gusta mucho jugarlo. 

Cuéntame sobre el peor momento de Sonia como corredora, ¿y como Soy Corredora? 

Faltaban dos semanas para correr mi primer maratón que iba a ser nada más que en Nueva York, me esguincé un tobillo. Ahí supe en primera persona lo que influyen las emociones en el rendimiento deportivo y en la vida en general. Cuando no tomas decisiones, la vida las toma por ti. Como Soy Corredora fue a los 4 años de haberla creado, pensé que debía cerrar el negocio. Acababa de tener a mi segunda hija y no me daba tiempo de cumplir con todos los roles. Por un tiempo fue super abrumador, no sabía qué inventar para seguir adelante, mi creatividad estaba estancada. Entendí que ese es un momento clave para cualquier negocio. Has superado el primer valle de la muerte, tu emprendimiento te pide crecer y tienes que tomar el riesgo o dejarlo morir. Un buen amigo me dijo, «¿por qué no haces una campaña de tu marca?». Ahí explotamos. Tomar riesgos es difícil, 
pero es el momento de convertir el miedo en tu motor para accionar. 

¿Qué te queda por hacer?

Soy corredora tiene 4 unidades de negocio y un audiolibro llamado Cruza tus Metas. Tenemos mucho por crecer en México. En 2022 empezamos a internacionalizar la marca, empezamos con la tienda online, vendemos en USA, España, Argentina… ahora toca hacer acto de presencia. Hacemos eventos propios y con socios, content marketing. Tenemos una tienda online muy exitosa, un podcast que es el número 1 en México y hacemos planes de entrenamientos personalizados con el Soy Corredora «Squad».

Tenemos que seguir inspirando a más mujeres, a que retomen su poder personal y a que todo lo que aprendan les sirva para la vida. Te aseguro que se me van ocurriendo muchas ideas. Me suelo tomar 3 semanas al año para alejarme de todo y crear. Ahora quiero dar más mentorías a emprendedoras.

¿Qué les dices a tus hijas, qué consejo les das a ellas y a las demás mexicanas que sienten que no pueden hacer algo?

Dicen que uno nace dos veces: el día que llegaste al mundo y el día que sabes para qué. Tienes que encontrar tu propósito de vida. Conectarlo a tu trabajo. A mis hijas siempre les digo lo que mis papás me dijeron a mí: todo lo que hay en este mundo puede ser para ti, pero solo toma lo que crees que es lo mejor en ese momento de tu vida. Nunca hagas las cosas como los demás ni para los demás, siempre para ti. No hace falta competir con otros, nadie es igual ni lo hace como tú y ese es tu superpoder. Deja que la vida te sorprenda, elige ser feliz y agradece. Si trabajas en una taquería, haz los mejores tacos y da el mejor servicio. Si tu propósito es hacer a la gente feliz con la comida, hazlo.