Dos en uno
La espera ha merecido la pena: el PDK ya está disponible también para los modelos 718. Cambiar de marcha sin interrumpir la fuerza de tracción aumenta el encanto de la conducción.
Ilustración: Design Hoch Drei, Porsche Engineering
Los motores atmosféricos de altas revoluciones de seis cilindros y cuatro litros del Porsche 718 Boxster y el Cayman GTS 4.0 (consumo combinado de combustible: 9,6 l/100 km, emisiones de CO₂ combinado: 219 g/km (datos de 03/2021)), el 718 Cayman GT4 (consumo combinado de combustible: 10,2 l/100 km, emisiones de CO₂ combinado: 232 g/km (datos de 03/2021)) y el 718 Spyder (consumo combinado de combustible: 10,2 l/100 km, emisiones de CO₂ combinado: 232 g/km (datos de 03/2021)) ya ofrecen la ventaja de cambiar de marcha sin interrumpir la fuerza de tracción. Hasta ahora, el doble embrague de Porsche (PDK) en la familia 718 solo estaba disponible para los modelos con motor turbo de cuatro cilindros. Con el nuevo PDK de siete marchas, los motores atmosféricos vuelven a demostrar cuánto les gusta esprintar. El PDK conlleva un aumento del par motor máximo de 420 a 430 newton metro en todos los modelos con motor de cuatro litros. En los modelos GT4 y Spyder, más potentes, se consigue acelerar de cero a 100 km/h en 3,9 segundos. A modo de comparación: con la transmisión manual de seis marchas, ese tiempo es de 4,4 segundos. Los modelos GTS alcanzaron ahora con el PDK los 100 km/h en 4,0 segundos (4,5 segundos con transmisión manual).
Este mayor rendimiento se debe a la transmisión más corta de las marchas primera a quinta respecto a la manual, unos intervalos de cambio reducidos y el Launch Control integrado. Los modelos 718 alcanzan en la sexta marcha su velocidad máxima también con el PDK: hasta 302 km/h en el Cayman GT4. El séptimo nivel de transmisión está diseñado como sobremarcha: garantiza un alto confort en trayectos largos e influye positivamente en el consumo de combustible. Ahora, gracias al PDK, los ágiles deportivos de motor central aún rinden mejor en el circuito.
El PDK permite cambiar de marcha sin interrumpir la fuerza de tracción gracias a la distribución de las velocidades entre dos engranajes parciales. Cada uno de ellos tiene su propio embrague, lo que da su nombre a esta simbiosis entre caja de cambios manual y automática. Las marchas pares están acopladas a un embrague y las impares, junto con la marcha atrás, al otro. Mientras una marcha está bajo carga, la horquilla de cambio ya ha engranado la siguiente. Dependiendo del modo de conducción, el cambio se realiza de forma totalmente automática o manualmente mediante una leva de cambio situada en el volante. En cualquier caso, un sistema electrohidráulico computarizado hace que esto suceda en fracciones de segundo sin interrumpir la propulsión.
En el ámbito de las carreras la historia del PDK comenzó en 1984 con el Porsche 962. Sobre todo con los motores sobrealimentados, este milagro técnico ofrecía ventajas en la lucha contra el temido efecto retardado del turbo. Los pilotos podían seguir pisando el acelerador al cambiar de marcha, evitando que la presión de sobrealimentación disminuyera, algo por entonces aún típico de los motores turbo.
Datos de consumo
718 Boxster GTS 4.0 (PDK)
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10,1 l/100 km
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230 g/km
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G Class
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G Class
718 Cayman GTS 4.0 (PDK)
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10,1 l/100 km
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230 g/km
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G Class
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G Class
911 Carrera GTS
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11.0 – 10.5 l/100 km
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251 – 239 g/km
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G Class
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G Class
911 Dakar
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11,3 l/100 km
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256 g/km
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G Class
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G Class
Macan 4 Electric
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21.1 – 17.9 kWh/100 km
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0 g/km
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A Class
Macan Turbo Electric
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20.7 – 18.9 kWh/100 km
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0 g/km
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A Class