Entre el cielo y la tierra
Capitana de vuelo, instructora, conferenciante… Cordula Pflaum ha llegado a lo más alto, concretamente a la cabina de pilotaje de Lufthansa. Esta experimentada piloto no solo vive su pasión por los motores potentes sobre las nubes, sino también al volante de su Macan GTS.

Apasionada de la aviación:
Cordula Pflaum con su uniforme en un aeródromo cerca de su patria chica, en Bamberg. Tanto en su vida profesional como en la privada, está rodeada de potentes motores.Las cifras hablan por sí solas: Cordula Pflaum ya ha acumulado más de 18 000 horas de vuelo en la cabina, es decir, 750 días completos. Esto significa que ha pasado más o menos dos años de su vida sobre las nubes. Siempre tuvo claro que quería explorar el mundo a vista de pájaro. La capitana Pflaum nació en 1969 en el norte de Alemania y pasó su infancia en Ravensburgo. Su padre ya sentía fascinación por la aviación y trabajó de 1961 a 1966 como personal de tierra de Lufthansa en Colonia. Hoy en día, Pflaum ya no recuerda si fueron las historias entusiastas de su padre o los cuentos antes de dormir lo que le hicieron soñar con volar cuando era niña. En cualquier caso, al poco de terminar el bachillerato, llegó el momento. A los 19 años y en un mundo predominantemente masculino como el de la aviación, fue una de las pocas mujeres que superaron la prueba de aptitud y comenzó su formación como piloto en 1990. En el centro de su camino siempre ha habido una idea: «Nunca quise que se me percibiera como una mujer que vuela, sino como una persona que vuela». Dos años y medio más tarde, Pflaum se convirtió en una de las primeras mujeres piloto de Lufthansa y, diez años después, pasó al asiento izquierdo de la cabina y ascendió a comandante. «Siempre he tenido grandes sueños. Ya al inicio de mi carrera, en mi lista de cosas que hacer antes de morir figuraba no solo volar, sino también formar a otras personas».
Pionera en un ámbito dominado por los hombres
Pero, precisamente, esa fue la parte más difícil de su camino. Una y otra vez, la entonces piloto tuvo que enfrentarse al prejuicio de que los hombres omnipresentes en la aviación no confiaran en una mujer como instructora. Sin embargo, Pflaum no cayó en el desánimo y, a finales de la década de 1990, se convirtió en la primera instructora de Lufthansa, con lo que ha allanado el camino a las demás. En la actualidad, es una de las seis mujeres que ocupan ese puesto, y quiere seguir siendo un ejemplo. «Los cambios en el lenguaje y la visibilidad son fundamentales para romper los patrones establecidos», afirma. La timidez no tiene cabida: «Las mujeres jóvenes deben alzar la voz, ahora y en el futuro. Así tendrán oportunidades con las que nuestras madres solo podían soñar».
Además de su trabajo como capitana e instructora, esta mujer de 55 años también es consultora en temas de liderazgo en empresas y transmite su experiencia. Como experta en gestión de situaciones críticas, atesora una gran experiencia. En Lufthansa, Pflaum ostenta el título oficial de responsable de «Gestión del estrés por incidentes críticos». La idea es que los pilotos presten primeros auxilios psicológicos a sus compañeros en situaciones de crisis. «El objetivo, tanto en el aire como en tierra, es contar con equipos psicológicamente sólidos que funcionen en un ambiente de trabajo productivo, al margen de jerarquías, y que se cuiden unos a otros», explica Pflaum.

Sobre las nubes en su profesión, con los pies en la tierra en su vida privada:
Cordula Pflaum vive con su marido, sus dos hijas y su perro de montaña Benni en un granero reformado en Hallstadt, cerca de Bamberg.Una de estas situaciones críticas se vivió tras el trágico accidente de un avión de Germanwings en los Alpes occidentales en marzo de 2015. Los 150 pasajeros perdieron la vida. «Después de un accidente así, también es importante apoyar a las tripulaciones que no se han visto directamente involucradas. Y, para eso, la clave es hablar. En general, confío en que siempre somos capaces de superar las situaciones difíciles, y quiero transmitir esa confianza a mis compañeros». Pero eso no es todo: Cordula Pflaum también da conferencias sobre temas relacionados con la aviación y ha escrito el libro «Guten Tag, hier spricht Ihre Kapitänin» («Buenos días, les habla la capitana»). ¿Pero dónde está el verdadero hogar de alguien que está constantemente de viaje entre vuelos, entrevistas y conferencias? Pflaum lo tiene en su casa, un granero reformado en la localidad bávara de Hallstadt, cerca de Bamberg. Lleva más de 20 años viviendo allí con su marido, sus dos hijas y un perro de montaña llamado Benni. Aunque subraya que su hogar es el mundo, considera esta afirmación más como un credo para su vida. «Así es como trato a las personas», afirma Pflaum. «Independientemente de su origen o de dónde vivan, siempre las trato con curiosidad y mente abierta e intento aprender de ellas». Las hijas de la piloto también han heredado esta curiosidad que va más allá de las fronteras. Ambas son unas apasionadas de la aviación y exploran así el mundo.
La oficina más bonita del mundo
Hay un momento que nunca olvidará: su primer vuelo en solitario. «Es indescriptible. Despegar sola, sin un instructor a tu lado, es algo muy especial». Y su pasión sigue intacta hoy, después de más de 30 años de servicio. «Soy piloto por pasión, porque me gusta manejar la tecnología», afirma Pflaum. «Porque me gustan los motores potentes». El vuelo sin motor, por ejemplo, no sería lo suyo. Por lo tanto, es lógico que en su vida privada también apueste por un vehículo con un motor potente. Con su Macan GTS, la piloto recorre unos 60 000 kilómetros al año desde su patria adoptiva en Baviera hasta los aeropuertos de Múnich y Fráncfort. Al principio de su carrera, tras un viaje de trabajo de cinco días pilotando se subía a un Volkswagen Escarabajo y echaba de menos la potencia, pero hoy en día se desplaza de una forma mucho más dinámica con el GTS. En pocas palabras, Porsche es para ella: «sencillo, elegante y aerodinámico sin excepción».

En un Airbus A320, A340, A350 o un Boeing MD-11:
Cordula Pflaum lleva 30 años viviendo el sueño de volar.Sobre las nubes, la piloto de larga distancia ya ha dado 270 vueltas al mundo, según sus cálculos. Sin embargo, sentarse en la cabina sigue siendo emocionante para ella, y se equivoca quien piense que no tiene mucho que hacer durante el vuelo gracias al piloto automático. «Por lo general, el piloto automático se encarga de las tareas sencillas poco después del despegue. Es decir, mantener el rumbo, la altitud y la velocidad». Pero los momentos críticos están en manos de Cordula Pflaum: por ejemplo, reaccionar ante diferentes situaciones meteorológicas, atravesar zonas de turbulencias, comunicarse con los controladores aéreos y supervisar el consumo de combustible. Le cuesta elegir cuáles han sido sus momentos más memorables en el aire, porque atravesar la capa de nubes, ver la aurora boreal, el sol, la luna y el cielo estrellado es simplemente algo impresionante y hermoso en cada vuelo. Para Pflaum, su cabina es «la oficina más bonita del mundo».
Momentos celestiales
No obstante, en todos estos años sí ha habido algunos momentos destacados. «Cuando se sobrevuela la frontera entre Pakistán y la India rumbo a Delhi, por ejemplo, se ve una línea de luz extremadamente larga», explica Pflaum. En efecto, los casi 3000 kilómetros de frontera entre ambos países son uno de los pocos fenómenos que se pueden ver desde el espacio por la noche. Pero también recuerda momentos especialmente complejos desde el punto de vista de la aviación, ya sea en aeropuertos situados a gran altitud como el de Addis Abeba, en Etiopía (a 2300 metros), o en el casi siempre brumoso Katmandú, en Nepal. Y, aunque ya ha podido sobrevolar y visitar muchos lugares únicos del mundo, su lista de deseos sigue estando repleta: Bután, Groenlandia, Japón... Cordula Pflaum aún no se ha cansado de viajar.
Datos de consumo
Macan 4 Electric (preliminary values)
Taycan 4 Cross Turismo
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21.4 – 18.7 kWh/100 km
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0 g/km
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A Class