La mecánica de las emociones
El primer Porsche, el primer mito al que siguieron otros muchos, pone en marcha una pasión especial entre los que disfrutan de conducirlo y los que igualmente tienen la suerte de admirarlo.
Eso es lo que ha ocurrido en la 49.ª edición del Porsche 356 Meeting que ha tenido lugar este año en Portugal. Toda esa invisible mecánica de emociones, pasiones, admiración y hasta sorpresa se puso en marcha para estimular a todos los que, de una u otra forma, vivieron esta especial reunión de los 356. Un encuentro que en cada nueva cita reúne solo y exclusivamente a esos Porsche que fueron los primeros en llevar el nombre de su creador. Es imposible resistirse a fijar la vista en estas joyas de la historia del automóvil que, aún teniendo la misma denominación, 356, son completamente diferentes entre sí, como las emociones que despiertan en todos los involucrados en este evento, ya sean miembros de la organización, participantes o el público que acude a verlos o se los encuentra durante su recorrido.
Previsiones que se quedan muy cortas
Cuando Ferry Porsche decidió construir ese deportivo que no encontraba en el mercado y creó el 356, la idea era que podría vender unos 500 de esos magníficos coches al año.
Cuando cesó la producción del 356 en 1965, se habían vendido casi 77 000 unidades de las diferentes versiones y evoluciones de aquel Porsche pionero, es decir, casi diez veces más de la previsión anual que hizo su creador en el momento de empezar a fabricarlo. En esta 49.ª edición del Porsche 356 Meeting de Portugal ocurrió algo parecido y todas las previsiones iniciales se vieron desbordadas por el número de solicitudes de inscripción.
Seguro que Ferry Porsche nunca pudo imaginar, en esos complicados años del desarrollo y el inicio de la fabricación del primer deportivo con su nombre, que más de 75 años después aquel deportivo de sus sueños iba a convertirse en objeto de culto, casi de adoración, por parte de sus propietarios y de cualquiera que pudiera admirarlo. La expresión al verlo pasar es siempre unánime, «qué bonito». Desde que aquel primer 356 viera la luz, estrellas de Hollywood, músicos, príncipes, artistas y pilotos quedaron fascinados por su belleza y su carácter.
Estrella entre las estrellas
Para el gran público «el Porsche» por excelencia es el 911 pero el 356, además de ser el primero, ha tenido un protagonismo muy especial junto a grandes estrellas de la música, del cine y de la realeza. Uno de los 356 más conocidos es el de la cantante Janis Joplin y más recientemente el vocalista de Maroon 5, Adam Levine, no esconde su pasión por su Speedster. Sean Connery también fue propietario de un 356 Coupé pero el primero de los Porsche también ha tenido su especial protagonismo en el cine. En la mítica película 8 ½ de Fellini, Claudia Cardinale aparece conduciendo un 356 Coupé plateado acompañada por Marcello Mastroianni. En la primera entrega de Top Gun, la actriz Kelly McGillis se pone al volante de un 356 Speedster negro de 1958 con Tom Cruise en el asiento del acompañante. Ni siquiera el príncipe Raniero de Mónaco pudo resistirse a recorrer el trazado del GP de su principado en 1958, conduciendo un 356 Coupé.
Con semejante historia, contemplar nada menos que 165 Porsche 356, perfectamente ordenados y colocados delante de los inmensos jardines del Casino de Estoril, con unas preciosas vistas al océano Atlántico, es un verdadero espectáculo, además de una ocasión única de admirar un verdadero museo real y «vivo» de los primeros años del mito Porsche. Además de los verdaderos protagonistas de este evento, sus propietarios y acompañantes, más de 360 personas, son los que de manera más intensa disfrutaron de la emoción de este encuentro en un recorrido por enclaves únicos de la preciosa costa portuguesa. Cada uno de estos 165 Porsche 356 seguro que tiene muchas historias vividas con sus diferentes y orgullosos propietarios. Esta cita en Portugal se convirtió en el escenario perfecto en el que intercambiar esas vivencias y emociones a bordo en un deportivo tan especial.
Prácticamente todas las variantes del 356, Pre-A, A, B y C, como se denominaron cada una de sus evoluciones, estaban representadas en el 49th Porsche 356 Meeting de Portugal. Sin ninguna duda el más emblemático de todos los 356 es el Speedster, del que se fabricaron poco más de 4000 unidades en sus diferentes generaciones, y de los que en Estoril había una buena representación. Una nueva vuelta de tuerca de la deportividad al volante que se creó para hacerlo todavía más ágil y asequible y que acabó convirtiéndose en uno de los coches más buscados y codiciados por los coleccionistas.
Otra forma de tiempo y espacio
Cuando se trata de joyas del automóvil de esta categoría, conceptos como el tiempo y la distancia toman otra dimensión, sobre todo cuando se observa el estado de conservación de los 356 que acudieron a Portugal desde todos los rincones de Europa. La lejanía también se afronta de otra forma para los amantes de unos clásicos tan especiales y llegar hasta Estoril, casi en el extremo del continente europeo, no supuso ningún problema para ninguno de los participantes. Casi 120 de los 165 inscritos venían de fuera de la península ibérica, pero la mayoría eran de Portugal, donde existe una arraigada cultura del automóvil clásico y en especial de Porsche.
El punto de encuentro era el Casino de Estoril y, a lo largo del fin de semana del Porsche 356 Meeting, los participantes cubrieron casi 300 kilómetros por los lugares más emblemáticos de esta preciosa costa portuguesa. La perfecta organización del Porsche Club 356 Portugal, con el apoyo de Porsche Ibérica, permitió que los 165 deportivos recorrieran Sintra, Mafra, Cascais y la Sierra Arrábida conformando una espectacular comitiva de 356, entre la sorpresa y la admiración de todos los que pudieron contemplarla. Incluso la Brigada de Trânsito portuguesa, algo así como la Guardia Civil de Tráfico española, llevaba el 356 A Cabrio que en su día prestó servicio en las carreteras lusas y volvió a «trabajar» durante el recorrido. El último destino y final del evento fue el Museo de coches de Lisboa, el perfecto cierre para esta reunión única.
«Una parte de la historia de Porsche recorrió la costa portuguesa»
Un verdadero espectáculo para los que pudieron disfrutarlo
Si hace una década, cuando también se celebró en Estoril la 39.ª edición del Porsche 356 Meeting, el récord de lejanía lo marcó un 356 que llegó de Australia, en esta ocasión los más lejanos llegaron desde Estados Unidos, nada menos que cuatro preciosos Coupé de los años 1959, 1964 y 1965. Podría parecer que estos 356 «americanos» viajaron desde el otro lado del Atlántico de forma cómoda y con toda clase de mimos, aunque no fue del todo así. Uno de ellos se embarcó de Florida a Londres y desde la capital británica su propietario lo llevó conduciendo hasta Lisboa. Un trayecto importante para un coche con 70 años de antigüedad, lo que demuestra una vez más la fiabilidad Porsche y refuerza el dato de que el 75 % de los Porsche fabricados desde 1948 todavía siguen rodando.
Entre los 165 magníficos 356 que se reunieron en Estoril y los más de 360 participantes en este Meeting anual, hay mil historias, vivencias y anécdotas de todo tipo, de los coches y de sus propietarios y acompañantes. Uno de ellos era el piloto Walter Röhrl, dos veces campeón del mundo de rallies, y por cuyas manos han pasado algunos de los coches más impresionantes de los últimos tiempos. Röhrl siente una especial fascinación por este Porsche y acudió a Estoril a los mandos de un magnífico 356 SC Coupé rojo de 1965. El participante más joven tenía solo ocho años y el más veterano estaba en los 80, mientras que una pareja inglesa hizo todo el recorrido con su pastor alemán a bordo. En cuanto a los 356, el premio al más veterano fue para el 356 Pre-A de 1951 del español Toni Bea, nada menos que 73 años rodando y despertando emociones a su paso. La mecánica de las emociones Porsche ya está otra vez en marcha para preparar la 50.ª edición de esta reunión de 356 que en 2025 tendrá un significado muy especial.
Datos de consumo
718 Spyder RS
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12,7 l/100 km
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288 g/km
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G Class