¿Cómo se producen tres tipos de sistemas de propulsión en una sola línea de montaje?
Procesos autónomos y tecnología robótica innovadora. Para integrar el Macan totalmente eléctrico en la producción de la fábrica de Porsche en Leipzig, se reinventó por completo el momento central de la producción, la boda.
Se está celebrando una boda, pero no hay vals. En su lugar, se oye un silbido, un zumbido y golpes. Esta es la música de fondo de la producción de automóviles modernos en la fábrica de Porsche en Leipzig. La carrocería de un Porsche Macan pintado en color verde Roble metalizado desciende lentamente de una percha. Su media naranja, el chasis con propulsión totalmente eléctrica, ha sido entregado hace unos segundos por un sistema automatizado de vehículos sin conductor. Como a cámara lenta, los dos componentes se ensamblan de forma totalmente automática y luego se atornillan antes de montar el interior.
Esta es la boda. Dondequiera que se fabriquen vehículos, esto constituye el corazón de la producción. Hasta aquí, lo habitual. Pero la boda en la fábrica de Porsche en Leipzig es extraordinaria. Excepcionalmente compleja, versátil y eficiente. En una sola línea de producción se fabrican tres conceptos de propulsión diferentes en una colorida mezcla: vehículos de gasolina, híbridos y eléctricos. Actualmente se fabrican cada día unas 600 unidades de Macan y Panamera con la más alta calidad para clientes de todo el mundo.
Una fábrica que funciona como un reloj
El maestro de ceremonias de estas bodas es Sebastian Böttcher. Este ingeniero es planificador de recursos operativos y diseñó la planta junto con otra docena de colegas de Porsche. Böttcher tiene 40 años, nació en Dresde y luce en su muñeca una analogía adecuada a su trabajo: un fino reloj que se regaló a sí mismo por su 30 cumpleaños. «Mire», dice señalando la tapa hecha de un cristal especial, a través del cual se puede ver el delicado mecanismo. «Nuestra fábrica es también una especie de mecanismo de relojería. Aunque en dimensiones ligeramente diferentes».
El año 2018 marcó el camino para la revisión desde cero de este mecanismo de relojería. En aquel momento, el Consejo de Dirección decidió lanzar el Macan totalmente eléctrico.
Se construiría en Leipzig, en la línea de producción existente, que hasta entonces estaba reservada para vehículos con motor de combustión o propulsión híbrida. Otra línea no habría sido posible en las condiciones existentes. «Enseguida nos dimos cuenta de que tendríamos que rediseñar por completo la boda y muchos otros procesos de la fábrica», recuerda Böttcher. «Una tecnología de propulsión adicional es como su propio pequeño mundo, con nuevos requisitos, procesos y herramientas especiales. Teníamos mucho que aprender».
Un problema particularmente complejo era que, mientras que en un vehículo con motor de combustión o híbrido los bajos de la carrocería y el chasis están atornillados en 20 puntos, en un modelo totalmente eléctrico se necesitan 50. Un cambio que a primera vista no parece espectacular. Pero el gran reto era gestionar estos pasos de trabajo adicionales en una misma línea de montaje.
Complejo y armonioso
Para cumplir esta tarea, Sebastian Böttcher y su equipo tuvieron que reinventar la boda. Lo que antes eran cuatro estaciones de montaje a lo largo de 24 metros se convirtieron en nueve estaciones a lo largo de 60 metros. Se integraron seis robots adicionales y 18 estaciones de atornillado automático. Porsche, con el apoyo de socios externos, también aportó otras ideas nuevas. Por ejemplo, se desarrolló un sistema automatizado de atornillar que, dependiendo del modelo y el equipamiento, puede trabajar con todos los tamaños, formas y aprietes de tornillos, en cualquier ángulo y a velocidades increíblemente altas. Además, un dispositivo de medición para el que se ha solicitado una patente recorre regularmente la línea de montaje para comprobar los husillos durante la producción en curso. Esto elimina prácticamente los tiempos muertos y los retrasos.
También se ha instalado un sistema de cámara especial que escanea de forma independiente la superficie de la batería de alto voltaje de los vehículos eléctricos en busca de objetos extraños. Estos podrían ser arandelas o tuercas colocadas accidentalmente. «En definitiva, se ha creado un sistema muy potente que se adapta perfectamente a todos los procesos de la fábrica», resume Sebastian Böttcher. «Por supuesto, siempre hay algo que optimizar, pero eso es algo natural para nosotros en Porsche».
Perlas en una cadena
Al hablar con los colegas de Sebastian Böttcher de otros departamentos, queda claro lo importante que era ver el panorama general a la hora de planificar la boda. «El principio del collar de perlas desempeña un papel central en todo lo que hacemos aquí», dice Denny Schubert, de Control de Vehículos. En Porsche, esto se refiere a un concepto que garantiza la utilización eficaz de los empleados, minimiza el almacenamiento y en el que las piezas están perfectamente preclasificadas y llegan a la línea de montaje en el momento adecuado.
«Nos esforzamos por conseguir una secuencia de vehículos controlada con precisión, engarzados como un collar de perlas», subraya Schubert. En la fábrica de Porsche en Leipzig se suele planificar con diez días de antelación. Esto permite a los proveedores coordinar con precisión su producción con las necesidades del montaje y entregar todas las piezas exactamente en el momento óptimo. Este es el requisito básico para una producción sin problemas, porque aquí no se fabrican dos vehículos iguales. En teoría, es posible un número casi infinito de combinaciones de modelos, tecnologías de propulsión, acabados de pintura y detalles de equipamiento.
«Fabricar tres tipos de propulsión en una sola línea es un reto para todos en la planta. Nuestro trabajo es muy complejo», añade Martin Reinbacher, de Ingeniería Industrial. Por ejemplo, para el Macan totalmente eléctrico fue necesario aprender conceptos de montaje adicionales y adaptar la ergonomía de algunos puestos de trabajo. «Todo está interconectado», explica Reinbacher.
«Tenemos que planificar de forma coordinada e interdepartamental para encontrar soluciones eficaces. Pero cada día vemos que vale la pena». El principio del collar de perlas es como una brújula: garantiza que cada paso del proceso de producción esté alineado con el siguiente. Esto permite que la producción sea muy precisa y se desarrolle con la mayor fluidez a pesar de los procesos más complejos.
Fábrica de Porsche en Leipzig: el montaje en cifras
50 000 metros cuadrados
3,6 kilómetros recorre un vehículo a lo largo de toda la línea
2 modelos con tres conceptos de propulsión se montan actualmente
4000 pasos de trabajo por vehículo
5000 piezas se ensamblan en los vehículos durante el premontaje y el montaje final
331 ciclos (de trabajo) por vehículo
Datos de consumo
718 Cayman GT4 RS
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13 l/100 km
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295 g/km
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G Class
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G Class
911 GT3
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13.8 – 13.7 l/100 km
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312 – 310 g/km
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G Class
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G Class
911 GT3 con paquete Touring
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13.8 – 13.7 l/100 km
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312 – 310 g/km
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G Class
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G Class