El camino hacia Mission X
Cuando la tradición se fusiona con la innovación para crear algo nuevo: la marca de deportivos Porsche celebra su 75.º cumpleaños con la visión de un hipercoche futurista. Christophorus ofrece una perspectiva exclusiva del desarrollo.
«Es un sueño», afirma el jefe de diseño Michael Mauer cuando se le pregunta por el desarrollo del próximo hipercoche potencial de la marca. «Y un montón de estrés». Ahora parece relajado. El Mission X acaba de presentarse en el Museo Porsche de Stuttgart-Zuffenhausen, justo a tiempo para el 75.º aniversario de la marca de deportivos. Los invitados se agolpan alrededor del «concept car» pintado en Rocket Metallic. El color exterior desarrollado especialmente es toda una novedad y, según el ángulo desde el que se mire, el tono marrón se hace más oscuro. Este es solo uno de los muchos aspectos destacados de esta espectacular reinterpretación de un hipercoche Porsche.
El expiloto de carreras Mark Webber charla con los desarrolladores, el actor de Hollywood Patrick Dempsey graba el prototipo con su smartphone y el presidente del Consejo de Supervisión, Wolfgang Porsche, asiente con aprobación: él también ha visto hoy el Mission X por primera vez en vivo y en directo. Algunos de los diseñadores, que llevan un año trabajando a marchas forzadas en el estudio, asisten con alivio al ajetreo de la presentación. El hipercoche es tan proporcionado y detallado que parece que podría entrar en producción mañana mismo.
Es sabido que Porsche siempre aspira a ser capaz de realizar técnicamente todos los estudios conceptuales, pero este proyecto fue un maratón a velocidad de esprint. «Trabajamos en el estudio prácticamente hasta el último segundo», dice Mauer. «Al final, sí que se te acelera el pulso y solo esperas que todo salga bien».
La decisión del proyecto con el título XS23 se tomó a mediados de 2022. Al principio, lo fundamental fue preguntarse cuál sería el símbolo adecuado para los próximos 75 años de Porsche. Pronto quedó claro que tenía que ser el siguiente hipercoche en la línea de los antepasados, desde el 959 hasta el Carrera GT y el 918 Spyder... y con una propulsión puramente eléctrica. El requisito era mantener las proporciones lo más compactas posible a pesar de las altas prestaciones vanguardistas. En primer lugar, se cribaron y reevaluaron los innumerables conceptos e ideas de los últimos cinco años. «Para nosotros era importante que el coche transmitiera un mensaje visual claro: "Soy algo más que un hipercoche, mis genes están en el automovilismo"», afirma Mauer. Además de coches de carreras como el 919 Hybrid, que hizo historia en Le Mans entre 2014 y 2017, los diseñadores también se inspiraron en los grandes iconos de los años setenta.
La ligera cúpula de cristal con exoesqueleto, las puertas de Le Mans que se abren hacia arriba en la parte delantera y la luneta de Daytona, por ejemplo, recuerdan al Porsche 917. «Todo ello es un eco de nuestro glorioso pasado automovilístico», afirma Mauer. «Tenemos mucha suerte de poder recurrir a ese gran tesoro». Los faros muestran cómo la tradición se fusiona con la innovación para crear algo nuevo. Mientras que los elementos de la firma luminosa de 4 puntos suelen estar en horizontal, en el Mission X presentan una disposición vertical, inspirados en los históricos coches de carreras de Porsche como el 906 o el 908.
El vehículo es un hipercoche sin concesiones y, sin embargo, el interior no se ha diseñado siguiendo el habitáculo de un coche de carreras funcional. «No tiene que demostrarle visualmente a nadie que puede hacer la vuelta rápida en Nürburgring», explica Mauer. En lugar de Alcántara, en el interior se utilizó tela y cuero en color a juego. «Nos centramos en la calidad del diseño, en los materiales y en la mejor integración posible de todos los elementos», afirma el jefe de diseño. Se coordinó una composición general armoniosa con los colegas del departamento Colour & Trim. Por ejemplo, el vehículo está pintado deliberadamente en el tono marrón apagado y sobrio Rocket Metallic en lugar de un color de señalización. Las marcas de moda de lujo suelen usar este tipo de colores para transmitir una sobriedad discreta. Los elementos ligeros de carbono se pintaron a juego, de modo que no resultan reconocibles a primera vista. «El contraste entre la forma de competición y el equipamiento elegante y lujoso crea una tensión», añade Michael Mauer. «Y la tensión es para nosotros uno de los principios más importantes del diseño».
En consonancia con esta máxima, las generosas superficies del Mission X llaman inmediatamente la atención. «Muchos hipercoches modernos son ya prácticamente un cúmulo de agujeros», se ríe Mauer. «El Mission X, en cambio, tiene muchas superficies lisas e ininterrumpidas». La impresión es casi escultural, monolítica, algo típico de Porsche. La atención al detalle también lo es. Cuando el deportivo eléctrico se carga con la batería de alto rendimiento prevista y la arquitectura del sistema de 900 V, parpadean no solo las luces delanteras, sino también las bandas luminosas y el botón de arranque-parada del interior, además de la «E» de la inscripción «Porsche».
La posibilidad de probar ideas, descartarlas y seguir reflexionando es parte de la rutina diaria cuando se desarrolla un coche conceptual. Es decir, sin la presión de la producción en serie, pero con sus retos propios, como detalla Mauer: «Los prototipos se construyen en nuestro taller y casi todas las piezas son de fabricación propia, así que a veces no encajan como deberían. No sé cuántos experimentos hicimos pintando las piezas de carbono hasta quedar satisfechos con el resultado». Ingenieros, técnicos de competición, aerodinamistas y especialistas de muchos otros campos han participado en el proyecto para asegurarse de que el Porsche Mission X sea viable, al menos teóricamente. «Con esto hemos abierto una ventana al futuro, y nuestra idea de la sostenibilidad consiste en que incluso nuestros estudios tengan suficiente sustancia como para influir en el camino futuro de la marca».
Si se le diera luz verde al estudio conceptual, ¿cuáles serían los siguientes pasos? Mauer responde con franqueza: «Tendríamos que refinar aún más la aerodinámica. Para convertirse en el coche homologado más rápido en la Nordschleife de Nürburgring habría que optimizar la carrocería, y la armonización requiere cientos de horas en el túnel de viento. El frontal del coche con los faros es estéticamente avanzado, y el interior también se podría implementar de forma similar». El Mission X: un coche de ensueño que podría hacerse realidad.
Algo más tarde llega al fin la velada del aniversario en la Porscheplatz y los invitados se congregan en el museo, donde se inaugura la exposición especial. Michael Mauer está de pie junto al estudio, que gira lentamente a la luz de los focos. Vuelve a examinar con calma el trabajo de su equipo y cuenta una pequeña historia: «A los diseñadores nos encantan las pegatinas. La idea cobró vida propia en algún momento y se nos ocurrió diseñar una pegatina de un animal para cada nuevo coche de concepto.
Hay un dinosaurio en el Porsche Vision 357, como una pequeña indirecta sobre el hecho de que aún construyéramos un estudio conceptual con motor de combustión en los albores de la era eléctrica. En el Mission R había un jabalí, pero la pegatina se retiró en el último momento antes de la presentación y ahora está pegada en mi coche de empresa». Mauer señala una pequeña pegatina, fácil de pasar por alto, en el flanco izquierdo del Mission X delante de la rueda trasera: un guepardo en pleno salto, el animal terrestre más rápido y el cazador más silencioso.
Micrositio
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Datos de consumo
718 Spyder RS
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12,7 l/100 km
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288 g/km
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G Class