Guía para no perderse en el metaverso
Porsche de México – Siempre de viaje: la palabra metaverso está por todos lados, más desde que Zuckerberg cambió el nombre de la compañía que posee la red social más grande del mundo: Facebook ahora es Meta. Nadie ha podido estar ajeno a la nueva realidad virtual.
Pero ¿qué significa, en realidad, el metaverso? ¿Es un videojuego?
¿Una versión mejorada de Zoom? ¿El futuro del internet? ¿O todo junto?
La novela Snow Crash de Neal Stephenson, publicada a inicios de los 90, fue la primera en acuñar el término; sin embargo, existen diferentes perspectivas de qué es lo que abarca realmente este concepto. Matthew Ball, un inversor de riesgo y pionero en el tema, lo considera la cuarta ola de la computación. «Va en la dirección de lo que la gente llama computación ambiental. Se trata de estar dentro de la computadora en vez de acceder a la computadora. Es estar siempre en línea en lugar de siempre tener acceso a un mundo en línea».
Pero, ¿qué es realmente el metaverso? El metaverso se refiere a un mundo virtual que se encuentra más allá o es una extensión del mundo físico y se caracteriza por ser persistente en el tiempo, existiendo incluso cuando no estás «jugando». Si bien el metaverso se apoya en tecnologías immersivas como la realidad aumentada o realidad virtual, estas no son imprescindibles, bastan los «servidores» que su hijo usa en Fortnite o Roblox (a los que se puede acceder a través de la computadora, consolas de videojuegos e incluso celulares) para entrar en el metaverso.
Economía digital
Aquí viene lo que más nos cuesta entender. Queremos que no se desconecte en ninguna tertulia social. En el metaverso se pueden crear, comprar y vender bienes virtuales, es decir, se cuenta con una economía funcional dentro de este. Y futureando, habrá una versión del metaverso donde esta economía será interoperable, lo que permitirá llevar elementos virtuales como ropa o automóviles de lo virtual a lo real y viceversa. En el mundo real, puedes comprar unos tenis que estén de moda y ponértelos en la noche para ir a una fiesta con amigos virtuales. En este momento, la mayoría de las plataformas tienen identidades y elementos individuales, pero pronto nos permitirán crear una «persona» que llevaremos a todas partes.
Las criptomonedas y los NFTs (tokens criptográficos, certificados de propiedad de un elemento digital y clave digital para adquirir cosas en el metaverso) no se quedan fuera de la movida.
Parece que regresamos a los 90, en los inicios del internet comercial, donde se futureaba sobre una red que nos iba a permitir comprar productos que iban a llegar a nuestra casa hasta en menos de una hora, ver TV y contenidos en dispositivos móviles, escuchar música on demand de una librería casi infinita, hacer videollamadas constantemente, transferir dinero con solo un número de teléfono y tantas otras cosas que hace apenas algunos años costaba imaginar.
Somos testigos de un gran cambio social. Disfrútelo y decida cómo será su alter ego.
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