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En una salida con Simona de Silvestro, donde encuentra la paz la mujer más rápida del Departamento de Deporte de Motor de Porsche, descubrimos su pasión por la naturaleza. Su Porsche Cayenne siempre la acompaña muy de cerca.
Porsche Cayenne Turbo Coupé
Consumo urbano de combustible: 15,5 l/100 km
interurbano: 9,3 l/100 km . combinado: 11,6 l/100 km
Emisiones de CO₂ combinado: 264 g/km (datos de 12/2020)
Todos los datos técnicos pueden variar según los países.
Típico momento suizo. Una serpenteante carretera de montaña de un solo carril, a la derecha un desfiladero y en ese preciso instante un autobús de correos que viene de frente. Una situación no apta para copilotos de nervios flojos. Simona de Silvestro hace retroceder el Porsche Cayenne Turbo Coupé con toda serenidad. Sin inmutarse lo más mínimo, se acerca un poco más al precipicio hasta que el autobús amarillo consigue pasar. El conductor le hace un gesto de agradecimiento con la mano, y de Silvestro vuelve a acelerar. Al llegar a una planicie, disfruta del maravilloso paisaje que ofrecen las tierras altas de Berna. Las vacas pastan en fértiles praderas alpinas, mientras sobre ellas se ciernen las enormes masas de roca y hielo de Wellhorn y Wetterhorn apuntando al cielo azul. «Mi tierra es preciosa», manifiesta la piloto profesional mientras extiende los brazos como si quisiera abarcarlo todo. Tras una breve pausa, seguimos montaña abajo. Nuestro destino es el camping Manor Farm 1, a orillas del pintoresco lago de Thun. De Silvestro nació en Thun en 1988, aquí es donde dio comienzo su viaje por el mundo.
Ha pasado buena parte del verano de 2020, el del coronavirus, haciendo acampada. «Me crié en la montaña, y no puedo estarme quieta». Caminatas de ocho horas, duras rutas en bicicleta de montaña o paddle surf hasta la extenuación forman parte del entrenamiento físico y mental que exige su profesión. Y es que esta suiza es una de las mejores pilotos de carreras del mundo. Ha corrido cinco veces las famosas 500 Millas de Indianápolis, tiene experiencia en la Fórmula 1 con el equipo Sauber, ha sido piloto con puesto fijo en el equipo de Fórmula E de Andretti Autosport y fue la primera piloto a tiempo completo en el tan popular como duro Campeonato de Supercoches V8 de Australia.
Pero el punto culminante de su carrera hasta el momento es, sin duda, que desde septiembre de 2019 es piloto oficial de Porsche: la primera mujer de la historia. El fabricante de deportivos alemán la ha contratado como piloto de pruebas y desarrollo para el equipo de Fórmula E TAG Heuer Porsche. Es una experimentada piloto de Fórmula E que lleva en el equipo desde 2015. En 2016 se convirtió en la primera mujer en conseguir puntos en el campeonato, colaborando con el joven equipo oficial de Porsche en su debut en la temporada 2019/2020 especialmente durante la exigente preparación en el simulador del Centro de Desarrollo de Weissach. Pero las maniobras en el camping no son precisamente digitales: hay que colocar el Cayenne perfectamente horizontal. «Es que si está inclinado no puedo dormir».
Hace solo 10 años no hubiera podido imaginar que estaría corriendo al volante de un eléctrico, confiesa la piloto de 32 años. Pero los tiempos han cambiado mucho: «Los coches de la Fórmula E son cada vez más rápidos y eficientes, las carreras son magníficas, la potencia específica es alta y los duelos rueda a rueda son muy emocionantes». Además, también le encanta el campeonato porque a su generación le preocupa mucho el tema del medio ambiente. «Dentro de 30 años, cuando mire hacia atrás, podré decir: ‹Yo estuve allí cuando todo empezó›. Con el campeonato puramente eléctrico, también estamos mostrando el camino para la movilidad de masas». En paralelo a su trabajo en la Fórmula E, Simona de Silvestro también compite en el GT Masters junto con el equipo de Timo Bernhard en un Porsche 911 GT3 R. «Porsche siempre sale a ganar, en todas las competiciones. Está en el ADN de la marca, y en el mío», comenta entusiasmada.
Su camino hasta la cima no ha sido fácil. La carrera de de Silvestro ha estado al borde del precipicio en varias ocasiones. Rebosaba talento, rendimiento, pasión y decisión en un mundo dominado por hombres. Lo que le faltaba era financiación, patrocinadores. El proyecto de la Fórmula 1 también fracasó por razones económicas. «Pero soy perseverante, constante y no me gusta nada perder, así que nunca tiré la toalla», explica de Silvestro mientras voltea hábilmente las piezas sobre la barbacoa. Hace rato que la tienda está desplegada sobre el techo para una noche bajo las estrellas.
De pequeña soñaba con competir en la Fórmula 1 algún día. Se sentaba junto a su padre Pierluigi en el sofá para mirar los Grandes Premios o se subía a su regazo mientras este conducía karts. A los siete años, después de muchos ruegos, y cuando las piernas por fin le llegaron a los pedales, consiguió su propio kart. Compitió durante 10 años y después dio el salto a las carreras de Fórmula. De Silvestro, quien gracias a su padre también tiene pasaporte italiano, condujo sus primeras carreras en la serie júnior de Fórmula Renault en Italia en 2004.
«Soy perseverante, constante y no me gusta nada perder». Simona De Silvestro
A los 17 años dejó la escuela y se mudó, sola, a Indianápolis porque había encontrado un patrocinador en Estados Unidos. Si se hubiera quedado en Europa habría tenido que renunciar a su sueño, asegura. El camino escogido la llevó de los primeros éxitos en el Campeonato del Atlántico al equivalente estadounidense de la Fórmula 1, la IndyCar. En 2010, de Silvestro fue votada piloto novel del año en la Indy 500, y en 2013 logró subirse al podio como subcampeona de la carrera de Houston.
Pero entre esos dos momentos cumbre se cierne una sombra: su peor accidente. El 19 de mayo de 2011, durante el entrenamiento para la Indy 500, la suspensión trasera de su Dallara se rompe. De Silvestro gira bruscamente a 350 km/h, se estrella contra el muro, el coche rebota, se incendia y, finalmente, se para después de volcar. La piloto queda colgando boca abajo sujetada por el cinturón de seguridad. Sufre quemaduras de segundo grado en una mano y pierde la confianza porque el material ha fallado, no ella. Su madre, que ha aprendido a lidiar con el miedo por la hija piloto, se convierte en su mayor apoyo y le aconseja que regrese a la pista lo antes posible para no dejar que el miedo se enquiste. No han pasado ni 48 horas desde el accidente cuando de Silvestro vuelve a ponerse al volante. Logra clasificarse y los aficionados comienzan a llamarla «Iron Maiden». Le gusta el apodo, la música del grupo de rock homónimo no tanto.
A finales de 2019, tras 10 años en Estados Unidos y tres en Australia, Simona de Silvestro regresa a casa. Pero no al lago de Thun, donde nació, ni al lago de Ginebra, en la Suiza francófona, donde creció a partir de 1990 y donde su padre sigue dirigiendo un concesionario de automóviles. Ahora esta amante de la naturaleza con miles de kilómetros a las espaldas vive a 10 minutos a pie del lago de Zúrich. Desde allí se planta en un momento en el lago para remar, en la montaña para acampar, hacer caminatas o esquiar y, por supuesto, está a tiro de piedra de Alemania, Porsche y los circuitos. La vuelta a su continente natal la conecta con grandes metas. «Quiero conducir para luchar por trofeos y campeonatos, algo que con Porsche es posible». Y añade: «Quiero hacer historia como mujer con Porsche».
Conozca más de cerca a Simona de Silvestro en una vuelta con el Porsche Taycan:
Datos de consumo
Taycan Turbo GT con paquete Weissach
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21.3 – 20.6 kWh/100 km
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0 g/km
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A Class