Porsche Ibérica ¡acción!

Los más de tres meses de parón, sin viajar y sin apenas poder conducir más que para lo estrictamente necesario, nos han servido para darnos cuenta de lo importante que es disfrutar de nuestro Porsche, en cualquier situación, aunque sea para un corto trayecto. Pero un Porsche es para disfrutarlo en muchas ocasiones y de muy diferentes maneras. Por eso desde Porsche Ibérica hemos querido mostrar nuevas formas de vivir esa emoción y compartirlas con nuestros clientes y con sus familias con total seguridad para todos. Unas propuestas que van desde las más tranquilas y familiares a las más emocionantes dentro de un circuito, porque la pasión de ser porschista hay que vivirla y compartirla.

En Porsche Ibérica no hemos parado de diseñar nuevas formas de compartir esa emoción con nuestros clientes y amigos, pero manteniendo en todo momento la seguridad y el respeto de las más estrictas normas sanitarias marcadas por las autoridades. Unas nuevas actividades que a muchos de los porschistas les ha permitido descubrir formas de disfrutar de su deportivo que seguramente no habían imaginado ni probado pero que habían visto cientos de veces en las películas, como por ejemplo el autocine.

Una idea con más de un siglo

Los autocines son casi tan antiguos como la popularización del automóvil y el cine a principios del pasado siglo XX. La primera proyección de una película al aire libre que se podía disfrutar desde el coche se realizó en 1915 en la localidad de Las Cruces, en el estado norteamericano de Nuevo México. Por aquel entonces las películas eran mudas, por lo que las dificultades técnicas del sonido no existían. En 1933 un magnate de la industria química patenta el concepto de autocine como hoy lo conocemos y poco después inaugura en Nueva Jersey el primer espacio de este tipo. Después de la Segunda Guerra Mundial el auge de los autocines fue imparable en Estados Unidos con miles de «drive-in cinema» repartidos por todo su territorio y durante los años cincuenta y sesenta se convirtieron en la forma de ocio más popular entre los jóvenes y las familias.

En Europa esta otra modalidad de ir al cine no terminó de cuajar, aunque en los últimos cinco años ha surgido una curiosa afición por este tipo de «salas» de proyección. En 2017 el RACE inauguró en Madrid el autocine más grande de Europa, con capacidad para 350 coches. El éxito ha sido tal que Madrid ya cuenta con un segundo autocine, situado en el circuito del Jarama. Tras el confinamiento por la crisis sanitaria la apertura de nuevos autocines se ha multiplicado en toda Europa como una forma de ocio fuera de casa pero con la tranquilidad de estar en un espacio familiar y protegido.

Por eso la primera actividad que organizamos en Porsche Ibérica para nuestros clientes tras el confinamiento tenía que ser para disfrutar en familia y también con otros porschistas, pero respetando las nuevas medidas de seguridad y ¿que entorno más seguro que el habitáculo de nuestro propio Porsche? El autocine RACE de la calle Isla de Java, en Madrid, se convirtió en el punto de «reencuentro» para disfrutar del preestreno de Bad boys for life la tercera entrega de Dos policías rebeldes, protagonizada por Will Smith y Martin Lawrence. Una comedia policiaca de acción en la que un 911 se convierte en protagonista de algunas de las escenas más espectaculares y trepidantes del largometraje.

Desde el patio de «baquets»

El autocine RACE Madrid cuenta con capacidad para 350 vehículos pero se pusieron a disposición de nuestros clientes 250 plazas gratuitas para esta primera experiencia, con el fin de respetar al máximo la distancia de seguridad. Unas plazas que se agotaron en menos de 48 horas y que permitieron que los más de 600 asistentes disfrutaran no solo de la película, sino también del excelente ambiente del automóvil «vintage» de todo el autocine, con vehículos clásicos repartidos por todo el recinto, foodtrucks y el llamativo restaurante Dinner para encargar comida típicamente americana o pedir que nos la llevaran al coche cuando empezara la película, además de las amplias terrazas, con espacios delimitados para mantener las obligadas medidas de distanciamiento.

Porsche Ibérica ha sabido conjugar diversión y seguridad en estos tiempos especiales

Pocos cines en el mundo habrán podido contar con asientos tan exclusivos y especiales como los baquets de los Porsche de esta proyección de Bad boys for life. Hace más de medio siglo, en los primeros autocines, los coches se situaban sobre unas pequeñas rampas que dejaban los vehículos orientados hacia arriba, para evitar que las filas delanteras impidieran la visión de los que estaban más atrás. El sonido llegaba a través de unos altavoces que se introducían en el interior del habitáculo desde unos postes situados junto a cada plaza. Ahora las cosas han cambiado y en la primera sesión del autocine de Porsche Ibérica las primeras filas estaban ocupadas por los deportivos de dos puertas, los 911 de todas las generaciones y versiones, Boxster y Cayman, además de algún que otro espectacular GT3 RS y 718 Spyder. A continuación los Panamera y los primeros Taycan que ya estaban rodando por España, seguidos más atrás por los Macan y Cayenne, éste último representado por modelos de las tres generaciones. La banda sonora del largometraje ahora se reproduce a través de los equipos de sonido de cada coche mediante una emisora FM específica que debe sintonizarse dentro del recinto del autocine, así de fácil.

Emoción, diversión y seguridad

La emoción de rodar en circuito es el mayor deseo de cualquier porschista y también todas las actividades de velocidad se han adaptado a las nuevas circunstancias. Cheste, Ascari, Jarama y Montmeló han sido los escenarios de los Días Porsche y las últimas ediciones de la Escuela de Conducción Porsche. La organización de estos eventos ha cambiado y ahora en los Días Porsche participan 60 vehículos en tres grupos de 20, con un lapso de tiempo calculado para que no lleguen a coincidir en ningún momento dos grupos. La Escuela de Conducción Porsche cuenta con 25 participantes y siempre con su propio coche, ya que antes existía la posibilidad de utilizar alguno de los coches de Porsche Ibérica.

También se han eliminado las charlas teóricas en salas cerradas y ahora cada monitor imparte las recomendaciones y consejos de conducción directamente a su reducido grupo en el exterior, alrededor del coche, todo ello para demostrar que seguridad y diversión no son incompatibles en esta nueva realidad social. Lo que no ha cambiado es la manera de disfrutar de nuestro Porsche en un trazado mítico como cualquiera de los que disponemos en España, desde el Jarama, uno de los más veteranos y emblemáticos, hasta el exclusivo y sorprendente Ascari. En Porsche Ibérica seguiremos trabajando para que esta nueva normalidad no reste emoción y diversión a las experiencias de siempre y a las nuevas que estamos preparando.