Painted Love
La californiana Lisa Taylor siente debilidad por los Porsche de colores llamativos: amarillo, fucsia, azul… El caso es que no sea aburrido.
Porsche Macan Turbo
Consumo urbano de combustible: 12,2 l/100 km
interurbano: 8,4 l/100 km
combinado: 9,8 l/100 km
Emisiones de CO2 combinado: 224 g/km
Clase de eficiencia: E
Porsche Taycan Turbo S
Consumo de corriente combinado: 26,9 kWh/100 km
Emisiones de CO2 combinado: 0 g/km
Porsche 911 GT2 RS
Consumo urbano de
combustible: 18,1 l/100 km
interurbano: 8,2 l/100 km
combinado: 11,8 l/100 km
Emisiones de CO2 combinado: 269 g/km
Clase de eficiencia: G
Porsche 911 GT3 RS
Consumo urbano de
combustible: 19,0 l/100 km
interurbano: 9,8 l/100 km
combinado: 13,2 l/100 km
Emisiones de CO2 combinado: 303 g/km
Clase de eficiencia: G
Porsche 911 Speedster
Consumo urbano de
combustible: 20,6 l/100 km
interurbano: 9,9 l/100 km
combinado: 13,8 l/100 km
Emisiones de CO2 combinado: 317 g/km
Clase de eficiencia: G
(Datos de 11/2019)
Lisa Taylor disfruta invitando a sus amigos a su rancho de Yorba Linda, muy cerca de Disneyland. Personas con las que comparte la pasión por Porsche. Hace poco recibió a 300 invitados en sus modelos preferidos, entre ellos aparte de innumerables variedades del 911 también algunos históricos tractores diesel de Porsche. Entonces, ni corta ni perezosa, Lisa sacó su propio tractor, modelo de 1956, del granero, y enseguida se organizó una ruidosa competición a 20 km/h. «¡Fue divertidísimo! Me encanta este cambio manual de 1956», dice Lisa Taylor con una franca carcajada.
Aparte de los cambios manuales a Lisa Taylor le gustan los Porsche, sobre todo si son de colores: «La pintura de un automóvil tiene que ir en sintonía con el carácter del modelo». ¿Un potente deportivo en color gris ratón? Por encima de su cadáver: algo así no tiene lugar en su barnage, que es como denomina el establo reconvertido en garaje donde guarda su colección. En el lugar donde en su día caballos purasangre aguardaban su próxima carrera, hoy brillan automóviles de la casa Porsche en rubí estrella, azul marítimo y amarillo racing. Taylor adquirió su primer caballo, Lawai, en Hawái en 2002; se lo hizo traer en avión hasta California. De ahí viene el nombre de su rancho: «Flying L Ranch». Durante varios años se dedicó con éxito a la cría de equinos, pero tras sufrir un accidente a caballo en el que se rompió un brazo y la pelvis, decidió dar carpetazo al tema. «Cambié mis caballos por automóviles Porsche. Mucho más seguros», explica con una sonrisa.
Hoy da rienda suelta a su pasión por la velocidad en carreras de autocross y como instructora certificada de Porsche Driving.
No es de extrañar, por tanto, la gran cantidad de potentes Turbo y RS que atesora en su garaje. De las blancas paredes de madera cuelga una gran insignia de Porsche. Junto a ella, recuerdos enmarcados de entregas de vehículos y un póster de la «Luftgekühlt», la concentración de Porsche que organiza Patrick Long en Los Ángeles. En los techos giran ventiladores que se reflejan en las resplandecientes carrocerías de los coches, entre ellos también la estrella de la colección de Lisa Taylor: un 911 GT3 RS rubí estrella del año 2016. El tono original de Porsche se lanzó con el Carrera RS a principios de los noventa. En aquella época la pintura fucsia formaba parte del repertorio estándar, hoy en cambio forma parte del programa de Porsche Paint to Sample y es una rareza que obligó a Taylor a esperar un año y medio. El mismo día en el que el GT3 RS salía del camión de transporte, un conocido le hizo una oferta que superaba en 100.000 dólares el precio efectivo de compra. Taylor la rechazó. «Rubi», como se refiere cariñosamente a su superdeportivo, «no está en venta».
«Con Vudi hemos participado incluso en un rally de larga distancia». Lisa Taylor
Cuenta que antes se reía de la gente que ponía nombre a sus vehículos, pero ahora ella también lo hace. Por cuestiones prácticas. Cuando Lisa y Tom, su pareja, concretan con qué coche van a realizar la próxima salida, no pueden limitarse a decir: «Vayamos con el Porsche». Son simplemente demasiados. Los nombres de los vehículos están inspirados en el color del modelo. El 911 GT2 RS en azul vudú se llama «Vudi», «Mari» es el GT3 azul marítimo, «Bumble Bee» es como se refiere a su GT3 RS de 2019 amarillo racing, y a su 911 Turbo S amatista metálico lo denomina «Ame». Taylor guarda recuerdos muy especiales de este último: «Lo recogimos en la planta de Leipzig y desde allí nos fuimos directamente por la autopista hasta el Nürburgring», cuenta emocionada. Puso a Ame a 260 km/h en el «infierno verde». ¿Con un coche recién comprado en el circuito más despiadado del mundo? «Salió todo bien», dice acariciando el techo morado oscuro del vehículo.
No puede precisar con exactitud de dónde le viene la afición por los coches de colores chillones. Dice que tiene un carácter más bien extrovertido, que le gusta hacer cosas un poco distintas de las que hacen los demás. Lo que quizás también explique por qué ha adquirido el bolso a juego de Porsche Design para algún que otro deportivo. Pero lo que Lisa Taylor sobre todo busca es la diversión al volante. Disfruta viendo los pulgares levantados y escuchando la admiración que despierta al pasear con sus Porsche por las calles de Los Ángeles. Ya de adolescente le interesaban los coches especiales.
Mano a mano con su padre Charles Taylor –un amante de Ferrari que tenía, entre otros, el Testarossa No 1– montó su primer coche: un Aztec Kit Car de color amarillo chillón a partir del chasis de un Volkswagen, con asientos de Lamborghini y puertas de ala de gaviota. Estaba tan aficionada a explorar la mecánica de los coches que rechazaba las propuestas de los chicos para salir. «Mi padre se llevaba las manos a la cabeza y decía: ‹He creado un monstruo›», rememora. Estudió Administración de Empresas y se incorporó a la empresa familiar. Hoy comparte la vicepresidencia de Tayco Engineering, una compañía aeroespacial fundada en 1970 por su padre, con sus dos hermanos Brent y Sheri.
Como su padre, fue fan de Ferrari, McLaren y Mazda durante mucho tiempo, pero desde que se sentara por primera vez al volante de un 911 Carrera Targa en 1981 se denomina a sí misma una «chica Porsche». «Me impresionaron tanto su manejo y su potencia que al día siguiente vendí mi Mazda RX-7 y me compré un 911 Targa rojo indio». Sería el primero de una larga saga de Porsche. A diferencia de muchos coleccionistas, a Taylor sí que le interesan las últimas creaciones de Zuffenhausen. En 2018 recogió tres vehículos nuevos en el Porsche Experience Center de Los Ángeles en solo seis meses. Un aspecto central para ella eran los números de entrega al cliente que se adjudicaban allí. Al GT3 azul marítimo de Taylor con el número de serie 15 le siguió un Macan Turbo en rojo carmín con el número 92 y, como 15 más 92 suman 107, el GT2 RS en azul vudú que había pedido debía llevar el número de entrega 107. Taylor llamó a Porsche y preguntó si aún estaba disponible. Resultó que ese número ya estaba reservado para un coche que había encargado el actor Will Smith. Pero como a un cliente tan fiel como ella no se le puede negar un deseo, el príncipe de Bel Air se pasea hoy por Los Ángeles con otro número de entrega. También Jerry Seinfeld, humorista y coleccionista de Porsche, experimentó personalmente la perseverancia de Taylor: cuando este se negó a venderle su Cayenne Turbo plateado del año 2004, ella cogió el teléfono y blandió un cheque por el valor total. «Le dije: ‹Mira, Jerry, aquí tienes el dinero. Tu Cayenne estará en buenas manos, te lo prometo›». Seinfeld acabó cediendo.
«¡Rubi no está en venta!» Lisa Taylor
A pesar de su marcada debilidad por la última generación de Porsche, a Lisa Taylor también le gustan los clásicos. Posee un 911 Carrera RS 2.7 en azul Oslo de 1973 con el que participó en el Rally Steve McQueen, que fue el que le abrió las puertas al singular «R Gruppe». Le costó casi 10 años que la admitieran, una prueba más de su perseverancia. Hoy, Taylor es una de las pocas mujeres que pertenecen a este inconformista club de amantes de Porsche que cuenta más de 300 hombres.
Tres nuevos Porsche
en seis meses
Taylor prefiere mantener en secreto cuántos Porsche tiene en su haber. «Nadie, ni siquiera mis padres, conoce el número exacto», asegura. La colección está en constante cambio y expansión. Los próximos automóviles que se sumarán serán el nuevo 911 Speedster y uno muy especial, el Taycan Turbo S. «Supondrá un verdadero cambio para mí conducir un Porsche tan silencioso y, al mismo tiempo, potente como el Taycan», dice.
Lisa no quiere revelar el color que ha escogido para este deportivo totalmente eléctrico. Solo nos da una pista: «Un automóvil elegante requiere un color elegante». ¿Y quién mejor que Lisa Taylor para juzgarlo?
Lisa Taylor
La pasión de esta californiana de 58 años por la marca Porsche se remonta a 1981. La chispa saltó en el momento en que se sentó por vez primera al volante de un 911. Hoy Taylor es propietaria de muchos Porsche, pero no revela su número exacto. En la entrevista con Christophorus en su rancho presentó más de una docena. Taylor también siente una extraordinaria pasión por los perros boyeros de Berna: dos de sus tres perros responden a los nombres de Turbo (izq.) y Targa (delante); el tercero se llama, simplemente, Koabear.
instagram.com/flyinglracing
SideKICK: En el vídeo
En el Flying L Ranch de Lisa Taylor el visitante descubre que una coleccionista femenina de Porsche aún sigue siendo un fenómeno extraordinario – y por qué Taylor aprecia tanto la Monterey Car Week.