45:34,000 min.

Huschke von Hanstein tiene muy claro cuál es el objetivo a alcanzar en la 50a Targa Florio: Porsche tiene que ganar en Sicilia en la categoría de deportivos de hasta 2.000 centímetros cúbicos.

  


Cuatro Porsche oficiales 906 Carrera 6, con dos conductores cada uno, más un 906 Carrera 6 de la escudería privada suiza Filipinetti con el apoyo de Porsche, se van de caza por el macizo de la Madonia. El director de carreras de Porsche von Hanstein no quiere dejar nada al azar.

Por ello, todos los días de la semana de entrenamiento el peculiar barón de las carreras hace levantar a sus pilotos de la cama a las cuatro de la mañana. Entre ellos se encuentra Dieter Glemser, un joven talento procedente de Mülhausen, cerca de Stuttgart. «Di por lo menos 20 vueltas, o sea que al final me sabía bien el camino», recuerda Glemser más de medio siglo después. «Y eso que aquella carretera comarcal pública y abierta al público era de todo menos segura».

Pero a pesar de la exhaustiva preparación hay algo imposible de mantener bajo control: las condiciones climatológicas. El día de la carrera el tiempo no puede ser peor en el recorrido de 72 kilómetros, con lluvias torrenciales y barro por todas partes. Los automóviles resbalan por las traicioneras curvas de las estrechas pistas de montaña y apenas encuentran agarre.

Glemser comparte su 906 Carrera 6 con Hans «con suerte» Herrmann. Este veterano piloto de Stuttgart, apodado así desde el espeluznante accidente que sufrió en la berlinesa AVUS en 1959, vuelve a estar al servicio de Porsche y se mantiene entre los mejores. Delante de todo, al volante del Ferrari 330 P3, va el héroe local Nino Vaccarella, que conoce el recorrido como la palma de su mano. Le siguen Gerhard Mitter, Ludovico Scarfiotti, Willy Mairesse y Günter Klass. O sea: Ferrari, Porsche, Ferrari, Porsche, Porsche. Una lucha de desgaste sin compasión bajo una lluvia incesante. Rojo contra blanco.

Después de tres vueltas, Herrmann cede el volante al joven Glemser. La lluvia sigue cayendo. Solo a veces se vislumbra algún que otro rayo de sol que abrasa el agua de la pista levantando nubes de vapor. Granizadas breves pero intensas mantienen resbaladizo el frágil asfalto. Pero Glemser sigue conduciendo como si no hubiera un mañana. «Fabuloso», dice el hoy octogenario. «Los adelanté uno a uno, todas las superestrellas de la época». Fue abriéndose paso en la pista con descaro juvenil. En boxes, von Hanstein ya sueña con la victoria, sobre todo después de que Glemser se haya marcado una vuelta extraordinaria bajo la lluvia. El cronómetro se para en 45:34,000 minutos.

«Fabuloso». Dieter Glemser

Pero el sueño del joven suabo de volver a casa con el triunfo se estrella poco después en el barro de una cerrada curva a la derecha: su automóvil traza un giro espectacular y se estampa contra el muro de piedra. La suspensión de la rueda trasera izquierda se rompe. Se acabó. Solo dos de los cinco Porsche oficiales consiguen cruzar la línea de meta. En primer lugar llegan el piloto belga Willy Mairesse y su copiloto suizo Herbert Müller a bordo del Porsche Filipinetti. Los italianos Vincenzo Arena y Antonio Pucci en el vehículo oficial quedan terceros. Huschke von Hanstein está satisfecho. Misión cumplida.

08.05.1966

50a Targa Florio
4a carrera del Mundial de Deportivos de 1966, Sicilia
Dieter Glemser
71,800 kilómetros de recorrido
Porsche 906 Carrera 6

Franz Ponder
Franz Ponder