Limpieza a fondo
Es la guerra contra la contaminación: a partir del 1 de septiembre de 2018, se instalará gradualmente un filtro de partículas en todos los modelos nuevos de Porsche con motor de gasolina. Los motores de seis y ocho cilindros llevarán dos, uno por cada fila de cilindros.
El filtro de partículas Otto funciona según el mismo principio que los filtros instalados en los vehículos diésel. El gas de escape fluye desde el motor hacia el tubo de escape a través de un filtro recubierto de canales finos que de forma alterna tienen tapada su conexión bien con el lado del motor, bien con el lado de escape del vehículo. La razón es que entre estos canales hay intercaladas unas aberturas diminutas que dejan escapar las moléculas de gas como es el dióxido de carbono pero retienen las partículas de hollín, que son mucho más grandes. Éstas quedan atrapadas y se ponen al rojo vivo cuando el gas de escape alcanza una temperatura superior a los 600 grados Celsius. Cuando el conductor quita el pie del acelerador y el motor funciona por inercia hay oxígeno suficiente para garantizar esta postcombustión.
El resultado del filtro de partículas Otto:
los modelos de Porsche más limpios de todos los tiempos.
Martin Werner, ingeniero de Porsche, ha trabajado unos dos años junto con su equipo para reajustar los motores de gasolina de forma que puedan funcionar con filtros.
Puesto que los sistemas de gas de escape grandes no caben en los estrechos compartimentos de motor de los modelos 718 y 911 ha sido necesario rediseñar totalmente los catalizadores principales. Los sistemas de tres vías usados hasta ahora transforman por completo las sustancias nocivas que ya están en estado gaseoso, por ejemplo los óxidos de nitrógeno, en componentes del aire inocuos.
En cambio, en los catalizadores de cuatro vías, los canales de los filtros llevan un recubrimiento catalítico. «El resultado es que los óxidos de nitrógeno y el polvo fino no tienen ninguna posibilidad», explica Werner. Los filtros son relativamente cortos y tienen un diámetro grande para que el gas pueda pasar paralelamente por el mayor número posible de canales.
Las partículas que se acumulan en el filtro se tienen que quemar de vez en cuando. Es lo que se llama regeneración. Esto también tiene que funcionar a temperaturas exteriores bajas y en trayectos cortos. En estos casos el control del motor hace que el filtro se caliente aumentando la temperatura del gas de escape – bien mediante otra combustión, bien con un número mayor de revoluciones.
En caso de bajas temperaturas prolongadas o muchos trayectos cortos, puede ser necesario realizar un trayecto más largo para permitir la regeneración. «Pero en el tráfico real, la mayoría de las veces nos las arreglamos sin estas medidas de protección», subraya Werner. Su equipo ha recorrido varios cientos de miles de kilómetros de prueba para verificar a fondo este sistema. El resultado son los modelos de Porsche más limpios de todos los tiempos.