Yousef Fittiani

Yousef Fittiani es cofundador del Porsche Club de Kuwait y posee una colección de impresionantes deportivos salidos de Zuffenhausen. La marca despierta fascinación en todo el mundo, pero ¿cómo se vive este entusiasmo en el Golfo?

80 pasos bastan para darnos cuenta de la obsesión de Yousef Fittiani por el detalle. Esos 80 pasos van de la salida del aeropuerto de Kuwait al Porsche Cayenne S del año 2006 que nuestro anfitrión ha elegido para darnos la bienvenida a su país. La pintura reluciente de la carrocería atesora un interior de piel beige en un estado de conservación tan perfecto que resultaría difícil estimar su edad.

Para garantizar esta perfección, unas pesadas fundas de plástico transparente cubren las alfombrillas recién cepilladas. En un país donde las tormentas de arena están a la orden del día, es difícil demostrar más amor por un coche. «Aquí, el mantenimiento debe ser constante si no quieres que tu coche envejezca más rápido de lo que acelera», asegura Fittiani, y añade: «Además, no podría soportar ver un coche descuidado en mi colección».

Su colección se compone de una exquisita selección de modelos de Porsche. Fittiani los ha acomodado en un garaje subterráneo, privado y climatizado, cuyas puertas arde en deseos de abrir al equipo de Christophorus. Por el camino nos explica dónde y cuándo comenzó su pasión por Porsche. Todo empezó cuando fue a EE.UU. a estudiar a finales de los ochenta. El joven Yousef quedó profundamente impresionado por el culto al coche que profesan los estadounidenses. Pero este no fue su único impulso. Su padre, un empresario de éxito, no se lo dio todo hecho, sino que le animó a tomarse en serio la universidad y la vida en la nueva cultura. A luchar por sus pasiones. A tomar decisiones sabias. Y a conseguir los objetivos que se marcara.

Objetos de culto:

Objetos de culto:

Porsche ha llevado a Fittiani a recorrer mundo y le ha regalado experiencias que disfruta recordando en este espacio.

Un rincón repleto de magia.

El primero de ellos fue un Porsche 944 S2 Cabriolet. «Uno de mis compañeros de clase tenía un 944 Turbo S, una máquina bestial que no impresionaba únicamente en los circuitos. El diseño purista de Porsche de finales de los años ochenta me había cautivado. Después de la universidad me dedicaba a menudo a pasear frente a los escaparates de los concesionarios». Un día, a los 19 años, Fittiani descubrió el cabriolet blanco.

42.000 dólares se interponían entre el joven universitario y el coche de sus sueños. Por ello, Fittiani le pidió a su padre un préstamo y, con el dinero en metálico en el bolsillo, acudió a varias subastas de automóviles en la costa Este, no para comprar su coche soñado, sino para ejercitar su olfato con los negocios. Pronto se dio cuenta de que había coches que, con algún retoque, podrían venderse a un precio bastante lucrativo. Así, tras algunos meses de vorágine compradora y vendedora, Fittiani logró reunir el importe necesario y se hizo con el anhelado 944.


«En los años que pasé en EE.UU. también aprendí a apreciar otra cosa», recuerda: «Fue el espíritu familiar del Porsche Club of America. Independientemente del estrato social del que procedan sus miembros, allí somos todos iguales y compartimos una misma pasión: conducir Porsche». En aquella época, Fittiani recorrió las carreteras y circuitos más bellos de EE.UU. al volante del suyo. También por aquel entonces visitó con su padre el Museo Porsche de Stuttgart y a principios de los noventa se hizo por fin con su segundo Porsche: un 911 Carrera 2 del año 1992, con la carrocería de color rojo coral y el interior gris.

Vía libre:

Vía libre:

rara vez están las calles de Kuwait tan maravillosamente vacías. La tormenta de arena que se avecina, en cambio, no tiene nada de insólito.

Volvemos a Kuwait, donde los faros del Cayenne proyectan su luz sobre una barrera rojiblanca. Detrás de ella aparece iluminado un hombre mayor con barba canosa que, al reconocer la voz de Fittiani, saluda amablemente y levanta el obstáculo. Tras 10 minutos de trayecto llegamos a la segunda de dos persianas eléctricas. Se abre y accedemos al garaje que alberga la colección Porsche de Fittiani. Desde que compró el 944 se ha mantenido fiel a la marca y acumula camisetas, tazas, gorras, maquetas, tarjetas autografiadas, pósteres y calendarios con el logo de Porsche. También guarda aquí sus tesoros más preciados: un 911 Turbo Cabriolet (modelo 996) plateado, flanqueado por un 911 GT3 y un 911 GT3 RS amarillo, ambos del año 2007. Frente a ellos hay un 911 GT2 (modelo 997) de color amarillo Speed y, detrás, un 911 Cabriolet negro de 1989.

«Porsche es mi gran pasión». Yousef Fittiani

En medio de todos ellos brilla con luz propia la obra maestra: un Porsche Carrera GT. Ni los más profundos conocedores de la marca sospecharían que su cuentakilómetros ya marca los 20.000. Tan nuevo parece este superdeportivo. «En realidad no quería comprarme ningún GT, pero me dijeron que un famoso piloto de rallyes de los Emiratos Árabes Unidos quería vender precisamente este modelo con apenas 5.000 kilómetros. No pude resistirme», confiesa mientras frota delicadamente la puerta del conductor con un paño suave. «Por suerte, aproveché la oportunidad, ya que el GT es un deportivo sensacional. Un hito». Cuando nuestro anfitrión abre el capó trasero, no damos crédito a lo que vemos. El motor está tan reluciente que parece acabado de montar. Fittiani sonríe un poco avergonzado y se explica: «Durante los primeros trabajos de mantenimiento fui constantemente al Centro Porsche de Kuwait y limpié muchas piezas del coche con un cepillo de dientes antes de que las montaran».

Fittiani no solo es un apasionado conductor y coleccionista de la marca Porsche, sino que también se preocupa por dar a conocer la marca en la medida de sus posibilidades. En 2003 fundó, junto con otros entusiastas, el Porsche Club local y hasta 2013 se dedicó a organizar, en calidad de vicepresidente, numerosos encuentros y salidas. De hecho, en el Golfo no faltan propietarios de coches Porsche. Y para que la estirpe no se acabe, Fittiani ya está acostumbrando a sus hijos a los coches llegados de la lejana Alemania. Le suelen acompañar al garaje, donde su hija Ayda le ayuda a sacar brillo a los vehículos, mientras el pequeño Omer observa enfundado en su pelele. Un pelele de Porsche, por supuesto.

Yousef Fittiani

Este amante de la marca Porsche nació en Kuwait en 1971. En 1990 adquirió su primer Porsche, en 1995 finalizó sus estudios en EE.UU. y desde 1997 trabaja en el sector médico. Actualmente vive con su familia en Kuwait y Jordania. El próximo Porsche que tiene previsto añadir a su colección es un Porsche 356.

Dani Heyne
Dani Heyne